Como por arte de magia

Picture taken by Chiqui @ De Kaag, NL - 04.07-2010

Te vi. Abrí mis ojos a media asta y ahí estabas; Te reconocí.

Te olfateé. Aspiré suavecito tres veces seguidas y con un profundo suspiro: Te respiré.

Te toqué...con los ojos primero y con la boca después. Mis labios suavemente reposados sobre tu pecho y mis manos tras tu espalda desnuda; Te acaricié.

Desvié la mirada, me mordí los labios y me pellizqué.

No estaba soñando, estaba a tu lado. Te abracé bien fuerte y te besé.

Te contemplé. No dijimos nada y nos contamos todo...Me delaté.

Cerramos los ojos, aún abrazados, volvimos a dormir; y en mi mente aplaudí al show que presencié:

La especie de acto de magia que convierte a la mañana en noche otra vez.

Alegre despertar...

Me desperté, como siempre, con mi habitual ronroneo de gata consentida; con mi acostumbrado estiramiento, desde mis brazos sobrepasando mi cabeza hasta el último dedo de mis pies (como buscando crecer unos cuantos centímetros con ello); cerrando los ojos fuertemente y presionando para no abrirlos.

Esta vez no fue la alarma del reloj quien inició el proceso, fue un beso cálido en la parte de atrás de mi cuello. Esta vez no fueron mis almohadas con las que tropecé al voltearme, fue tu cuerpo. Fueron tus fuertes brazos los que apretaron mi pecho, acariciaron mi espalda y envolvieron mi cintura. Fue tu respiración la que me hizo abrir completamente mis ojos para contemplar los tuyos, entreabiertos en señal de querer seguir durmiendo; tu sonrisa nítidamente imborrable con esa expresión de picardía y placer; tus cabellos en un perfecto desorden y los indicios de una barba por crecer.

Envuelta entre sábanas y tus brazos, ahí me encontraba, no pudiendo pensar en mi domingo habitual; queriendo hacer infinito ese momento, congelar el tiempo, retratar esa imagen por siempre; contar una y otra vez las pecas de tu espalda; besar cada milímetro de tu cuerpo...

...y hacer el amor hasta un nuevo amanecer...

Quiero que me invites a desayunar

Que me despiertes con una buena dosis de besos y caricias y que al abrir los ojos y verte despeinado....silenciosamente me digas "buenos días"

Que lo primero que vea sea tu rostro y lo primero que escuche sea tu voz.

Que lo primero que sienta es ganas de dormirme de nuevo para revivir una y otra vez esa sensación.

Que seguidamente me abraces con esa fuerza tan tuya, tan de hombre, tan divina. Que con tan sólo mirarme me confieses que no te quieres ir y que sientes, al igual que yo, ganas de volver a dormir, una...y otra vez... a mi lado...y yo al tuyo, para infinitamente despertar en un lecho lleno de besos y caricias sin final; íntimamente unidos; solos; dueños del mundo....y así volvernos locos, locos, locos..en una dieta de realidad, en una dieta de mundo exterior en una abstinencia de pudor, ¡en una fiesta de pasión!

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...Buen provecho...

Porque me gusta mirarte...

No sé cómo lo haces...pero despiertas una sensación en mí, una sensación de aislamiento, una sensación de compenetración con el más diminuto átomo de mi cuerpo, donde todos y cada uno de mis sentidos experimentan una dosis de alerta máxima ante tu presencia...

Es como quedarse mudo. No necesito mi voz. Es perder la sensación de frío o calor para extasiarme perdidamente en tu mirada, fija en mí. Con ganas de no apartar ni mis ojos de tu rostro ni los tuyos del mío (específicamente de tus pupilas) y empezar a imaginar tu respiración, tu pulso acelerado alcanzando el mismo ritmo que el mío, para, finalmente, sentir y degustar tu lengua apasionadamente en armonía con la mía, tus labios húmedos y firmes, tu olor, tu frescura, tu sensualidad, tus deseos de acercar lo más posible tu cuerpo al mío...

Sólamente... con mirarte.