No sé cómo lo haces...pero despiertas una sensación en mí, una sensación de aislamiento, una sensación de compenetración con el más diminuto átomo de mi cuerpo, donde todos y cada uno de mis sentidos experimentan una dosis de alerta máxima ante tu presencia...
Es como quedarse mudo. No necesito mi voz. Es perder la sensación de frío o calor para extasiarme perdidamente en tu mirada, fija en mí. Con ganas de no apartar ni mis ojos de tu rostro ni los tuyos del mío (específicamente de tus pupilas) y empezar a imaginar tu respiración, tu pulso acelerado alcanzando el mismo ritmo que el mío, para, finalmente, sentir y degustar tu lengua apasionadamente en armonía con la mía, tus labios húmedos y firmes, tu olor, tu frescura, tu sensualidad, tus deseos de acercar lo más posible tu cuerpo al mío...
Sólamente... con mirarte.
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